Palabras Impresas

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Domingo 11 de mayo de 2014Diario El Día

Palabras que encubren verdades descollantes

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Buenos Aires, 11 de mayo de 2014 - El fallecimiento de Carmen Argibay preanuncia cambios en la Corte Suprema de Justicia que podrían anticiparle al país la renovación de autoridades que se llevará a cabo en diciembre de 2015.

El cargo de Argibay no será ocupado porque era una de siete jueces en una Corte que debe tener cinco. En un alto tribunal donde es incierta la frontera ideológica entre los ministros, la Dra. Argibay llegó al cargo por impulso del presidente Néstor Kirchner y juró en febrero de 2005. Otros dos jueces están ya en condiciones de retirarse (Carlos Fayt, de 97 años, y Enrique Petracchi, de 79), mientras que Eugenio Raúl Zaffaroni ya ha anunciado su retiro cuando cumpla 75 años, el próximo 7 de enero. Los restantes jueces son Elena Highton de Nolasco (71), Juan Carlos Maqueda (65), y el presidente, Ricardo Lorenzetti (57). En la Argentina real de 2014, ¿cuánto importa la constitución de la Corte y qué alcance tienen sus decisiones jurídicas en un país tan reacio a cumplir con la ley?

FUNCIONES Y OBJETIVOS

La Corte no es sólo el tribunal mayor del país; también es el cuerpo que controla la constitucionalidad de las leyes del Congreso y de las decisiones del Poder Ejecutivo. No es difícil advertir su enorme importancia, aunque la a menudo tartamudeante política argentina ha propiciado, de hecho, maneras de gobernar al país sin escrupuloso seguimiento de la ley. ¿Cuánto importa la constitución de la Corte y qué alcance tienen sus decisiones jurídicas en un país tan reacio a cumplir con la ley? ¿Hay una Corte liberal progresista o, por el contrario, ha primado en ese cuerpo una doctrina más bien conservadora? De nuevo, las respuestas tajantes no son recomendables, aunque se puede afirmar que la inclinación de los jueces que configuraran la nueve Corte armada por Kirchner a partir de 2003 pertenece al campo de ideas del progresismo, en el que la virulencia abolicionista de Zaffaroni es un caso extremo.

No se sabe si la próxima Corte se integrará mientras Cristina Kirchner sea Presidenta, habida cuenta de que formalmente debe funcionar con cinco miembros. Que eran siete hasta este sábado por imperio de normas pasadas. Pero si la naturaleza suscitara esa necesidad, los meses subsecuentes serían delicados, porque el kirchnerismo haría lo posible para que un cuadro jurídico muy identificado con las ideas del Gobierno llegue a ese puesto. Si se asume que para todo ciudadano de un país republicano la última defensa de sus libertades y derechos se encuentra en la Corte Suprema de Justicia de la Nación (Constitución Nacional. Capítulo Segundo: Arts. 116 y 117), se deduce que cuando se deba recurrir a ella es obligatorio poder confiar en que sus resoluciones (fallos) no estén influidas por las ideologías vigentes ni por la política del gobierno de turno. Es la centralidad del tema lo que llevó a John F. Kennedy a afirmar que “las dos decisiones más importantes que debe tomar un gobernante son: Declarar la guerra y nombrar los integrantes de la Suprema Corte de Justicia”.

Para Alexander Hamilton (1755-1804), uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos, “el poder judicial no tiene ni la bolsa ni la espada, sino solamente el juicio sobre la libertad de los ciudadanos, los que no tienen nada que temer de la Justicia. Sin embargo, ha de temerlo todo de su unión con cualquiera de los otros poderes”. La Corte designada por el presidente Raúl Alfonsín fue de muy alto nivel: Genaro Carrió (Filosofía del Derecho y Derecho Público), José Severo Caballero (Derecho Penal), Augusto César Belluscio (Derecho de Familia), Fayt (Derecho Constitucional y Derecho Político), y Petracchi (Derecho Público y Filosofía del Derecho).

NOMBRES Y OBJETIVOS

Tras las tres cortes más trascendentes de la actual era democrática (la de Alfonsín, la de Menem y la de Kirchner), se va abriendo una nueva etapa. Han sido numerosos y turbulentos los cambios efectuados en muchos momentos recientes. La actual estabilidad, que se va desvaneciendo, ha alcanzado al menos una cota de ocho años de regularidad, una era que se va cerrando. Habida cuenta de la fuerte devoción que los gobiernos en vigencia desde 2003 a hoy han exhibido respecto del control y el sometimiento de la Justicia, no sería razonable esperar que la muerte de la Dra. Argibay abra un periodo de fresca horizontalidad y búsqueda centrada en el talento. El peligro es que el encono militante y la híper ideologización, terminen afectando negativamente el saldo a futuro de una Corte que no ha hecho historia grande, pero marcó algunas buenas tendencias decisivas para el país. Pero lejos de las disquisiciones jurídicas y sus derivaciones políticas, la semana cierra con la difusión de un dato de enorme significado, sobre todo cuando el Gobierno sigue insistiendo con su relato, según el cual hay un modelo industrial que transforma la matriz productiva del país. Los bancos argentinos que cotizan en Bolsa admitieron este fin de semana que tuvieron ganancias de hasta 300% en sus resultados del primer trimestre del año. ¿De dónde cayó el maná para el sector financiero? Básicamente, fue de las ganancias derivadas de la devaluación hecha por el Gobierno en enero -tras desmentirlo y evitarlo durante interminables meses- y las pérdidas asumidas por el Banco Central (BCRA), luego de vender durante la última parte de 2013 futuros de dólar a precios que apenas superaban los seis pesos. Los balances del BBVA Francés, Santander Río y Banco Macro se unieron a los ya presentados del Galicia, Hipotecario y Banco Patagonia.

VIENTO DE POPA

En comparación con el primer trimestre de 2013, los beneficios de la banca oscilaron de un mínimo del 104 a un máximo del 296%, básicamente a caballo de las diferencias de cotización, es decir, la revaluación de activos contabilizados a un tipo de cambio que iba de $ 6 a 6,50 al nuevo “dólar de equilibrio y convergencia” de $ 8 al que se ató el Gobierno tras admitir el anacronismo cambiario. En enero de este año, el sistema bancario en su conjunto ganó casi $ 10.200 millones, aunque el grueso ($ 9.737 millones, o el 96%) devino de ganancias extraordinarias provenientes de la devaluación. Los bancos argentinos que cotizan en Bolsa admitieron este fin de semana que tuvieron ganancias de hasta 300% en sus resultados del primer trimestre del año A la cabeza, los bancos BBVA Francés y Patagonia (controlado por el estatal Banco do Brasil), declaran ganancias interanuales del 296 y 279%, respectivamente, en sus utilidades. El Banco Galicia se regocijó con unas ganancias que fueron del 178%; el Macro, del 159%; el Hipotecario, del 149% y el Santander Río, del 140 por ciento. “Los ingresos financieros crecieron en mayores resultados por diferencias de cotización y posición de futuros”, tuvo que sincerarse el BBVA Francés para dar cuenta de su fastuoso balance; ganó un neto de $ 1.362,1 millones en los primeros tres meses del año. En la Argentina de 2014, una vez más, no todo es como se lo presenta y no todas las palabras quieren decir siempre lo mismo en todos los casos.

© Pepe Eliaschev
Publicado en Diario El Día

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