Buenos Aires, 22 de mayo de 2013 - Voy a hacer el intento de hacerles llegar una carta abierta a los kirchneristas que admiro. Ésta es una carta abierta a los kirchneristas que respeto, los honestos que no han abandonado su decencia personal bajo ningún concepto. No han robado, no han delinquido, no han cometido ningún tipo de ilícito. Los hay y son muchos.

Es una carta a los que son idealistas. A esos kirchneristas que han visto en Néstor y en Cristina Kirchner la encarnación posible de los ideales de la década del Setenta, sobre todo los ideales de igualdad, solidaridad y justicia social. A ustedes les hablo, a ustedes me dirijo, con respeto y convencido de que mis palabras deben ser tomadas como corresponde, con toda la buena fe del mundo.

Me dirijo a los kirchneristas que, además de honestos e idealistas, han sido, son y quieren seguir siendo perseverantes. O sea, a los que no aflojan. Quienes a lo largo de los años, a pesar de las dificultades, siguen apegados a su visión del mundo y del país.

Me dirijo, también con respeto, a los kirchneristas que han elegido la opción de la lealtad, convencidos de que no ser leales hubiese significado ser traidores y han permanecido en la adversidad leales al ideario y a los líderes que a ellos lo representan.

Me dirijo a los kirchneristas, a los que respeto y que son sensibles. Les duele la pobreza, les duele la indigencia, les duele la desigualdad, les duele la arrogancia de los poderosos. Pero consideran que el kirchnerismo es la herramienta para concretar esos puntos de vista y esas posiciones. A ellos también los respeto.

Respeto a la gran cantidad de kirchneristas de buena fe, gente que nada tiene que ver con robos, saqueos ni hechos de corrupción. y que auténticamente, cuando se miran al espejo, se sienten bien consigo mismos, porque consideran que lo que están haciendo es lo mejor que se puede hacer hoy en la Argentina.

Me dirijo también con respeto, aún cuando no participo de la convicción de la militancia, a quienes se denominan militantes. No participo de esa categoría por razones de edad y porque la palabra “militancia” terminó siendo para mí el resumen de muchas de las peores fallas que tuvimos como sociedad, una palabra de claro origen castrense.

Sin embargo, respeto a esa militancia, en tanto y en cuanto sea legal y no sea violenta. Esa militancia simboliz Una actitud civil razonable y digna de todo mi respeto.

Y me dirijo a los kirchneristas que son memoriosos. Los que han elegido conservar, aún cuando en muchos casos de manera parcial y oblicua, la memoria. No quieren olvidarse de ciertas cosas que han pasado en la Argentina. Honestos, idealistas, perseverantes, leales, sensibles, militantes y memoriosos de buena fe, hay miles de hombres y mujeres que hoy siguen adhiriendo al Gobierno absolutamente convencidos de qué es lo que corresponde hacer.

A ellos, que tienen la buena voluntad de escucharme o leer mañana esta carta, cuando esté en las redes sociales, quisiera preguntarles varias cosas y llamarles la atención.

Hace pocos meses, mientras hacía compras en un supermercado de Punta del Este, un hombre más joven que yo, que me venía siguiendo con la mirada, mientras arrastraba un changuito, finalmente se detuvo frente a mí y me dijo “¿No te hace ruido haberte convertido en lo que te convertiste?”.

Yo, que creo estar más o menos ducho en este tipo de encuentros, les confieso que sentí una profunda conmoción, una suerte de frío en la espina dorsal. Me detuve con mi propio changuito y dije “¿Perdón?”, “Yo me llamo como me llamo, ¿y vos cómo te llamás?”. Se identificó. Era un funcionario del Banco Credicoop. Le dije “Cuando hablás de ruido, y me preguntas si algo me hace ruido, ¿de qué estás hablando?”. Responde “¿no te das cuenta de que este gobierno hizo más que nadie en la historia por la igualdad social y por la distribución de la riqueza?”. Le replico: “sí, claro, hizo mucho tambien, por ejemplo, por el progreso personal de Amado Boudou”. Me miró sarcástico y me dijo “¡ay, por favor, Amado Boudou es una anécdota!”.

Me dirijo a esos kirchneristas, muchos de los cuales son inobjetables en su trayectoria humana y en su decencia personal. Diez años después, que habrán de recordarse dentro de pocas horas con un magno acto a ser sufragado con los dineros del pueblo, ¿consideran ustedes que la Argentina realmente ha avanzado en materia de igualdad? ¿Consideran que el país es hoy menos desigual de lo que era hace diez años?

Los números consagran una verdad diferente. Ha habido claramente un formidable crecimiento de la economía, del producto bruto interno al menos, pero no ha habido una superación de la brutal desigualdad que sigue siendo una lacra de la sociedad argentina. La Argentina sigue exhibiendo una diferencia entre los ingresos de los que menos tienen y los que más tienen, que es insultante, y esto no ha disminuido. ¿No les hace un poco de ruido?

¿No les hace un poco de ruido?, les pregunto a estos kirchneristas que respeto, estimo y aprecio, y que no son ladrones, ni corruptos, ni totalitarios, ¿no les hace un poco de ruido la indigencia que se sigue evidenciando hoy para cualquier que quiera verla en las calles de la ciudad y del Gran Buenos Aires?

¿Es acaso el nuestro un país que ha erradicado la indigencia tras una larga década con tasas de crecimiento formidables? Por supuesto que no. Hay que querer ver, pero uno de los rasgos centrales de esta ideología es la visión deliberadamente oblicua, el no querer mirar, no querer ver, no querer aceptar.

De cara a las denuncias de corrupción, pongamos por caso (y les doy la derecha a ustedes) que haya acusaciones hipotéticamente insustentables, acción psicológica, campañas, ¿creen que quienes a lo largo de estos años han sido marcados como corruptos absolutos son un invento de la oposición?

¿Creen ustedes que los medios de comunicación llamados hegemónicos, nosotros por ejemplo, quien les habla, esta emisora Radio Mitre, somos capaces de crear corruptos cuando la corrupción no existe?

¿Imaginan que un programa de televisión puede definir quién es corrupto e inventar una corrupción que no existe? ¿No les hace un poco de ruido la negación de la realidad, el hecho de no hacerse cargo de hechos que por lo menos no son claramente tan sospechosos?

Estos miles de kirchneristas que respeto, estimo y forman parte de la militancia social del país, ¿no se sienten un poco vulnerados en su propia dignidad ante un gobierno que habla todos los días, que vive en estado de excitación permanente, de acto en acto, y de cadena en cadena?

¿Es una manera de gobernar este declaracionsimo galopante que convierte a la Presidente en una comentarista de todo, de todos y de todas? ¿Eso no les llama la atención?

¿Es sinónimo de austeridad revolucionaria, o en todo caso transformadora, ya que nadie le va a pedir una revolución a Cristina Fernández de Kirchner, el hablar todos los días por la radio y TV, y leer los diarios y comentarlos publicamente?

¿No les hace ruido cómo han progresado en el poder funcionarios que provienen de cualquier historia, menos de la militancia peronista?

¿Es tan amplio, generoso e ingenuo el peronismo que permite que cualquier sabandija que proviene de la derecha haya escalado posiciones sin haber tenido ninguna historia ni curriculum militantes realmente ponderables? ¿No les hace ruido?

¿No les hace ruido advertir que la nomenclatura oficial, los gobernantes, personajes paradigmáticos como Hernán Lorenzino, se ríen, ironizan, plenos de supuesto sarcasmo, como el “hombre del baúl” de Quilmes, que pretende equipararse con Arturo Jauretche, pobre alma?

Esa falta de respeto sistemática para con todo lo que ellos no convalidan, ¿no les hace un poco de ruido? ¿Les parece que es una manera serena, decente, honesta, abnegada, correcta y sobre todo eficaz de conducir la transformación de un país, diciendo que las cosas les dan risa o que se quieren ir del país cuando algo no les conviene?

Ese rápido ascenso de los ambiciosos funcionarios del camporismo, que pasan por encima de personas con años de trayectoria, ¿les parece que corresponde en un país que quiera exaltar en serio el mérito a la hora de gobernar?

Todas estas cosas se las quiero presentar a ustedes, compatriotas kirchneristas, porque entiendo que deben ser explicitadas, porque hay mucha gente honesta que no roba y no pretende establecer un régimen totalitario en el país y que sigue adhiriendo al gobierno porque entiende que es lo mejor que nos podría pasar.

Sólo pretendo ser escuchado, debatido, respetado, que estas palabras puedan ser analizadas como lo que son, expresiones de un ciudadano de buena fe que, luego de varias décadas de vida, les viene a pedir a ustedes, mis compatriotas, si por favor, pueden razonar un poco y, ya que los respeto, si pueden mirarse al espejo y decir si están realmente conformes con estos diez años.

Espero su respuesta. 

©pepeeliaschev
Emitido en Radio Mitre